Afganistán e Irak: el resurgir del turismo no es tan fácil como lo vendían

En la década de 1970, Afganistán era parada obligada del circuito hippy internacional y alrededor de 120.000 occidentales lo visitaban anualmente. Cuarenta años después, es noticia el simple hecho de que unos pocos centenares de viajeros independientes se atrevan a visitar el país.

El discurso eufórico sobre las posibilidades turísticas del Afganistán liberado languidece, la inseguridad disuasoria se impone y el país continúa plagado de insurgentes y minas en la misma medida en que carece de carreteras, aeropuertos y hoteles.

Las promesas de renacimiento turístico son más ambiciosas en Irak, dado que el país árabe es receptor de inversiones mucho mayores.

No obstante, la práctica totalidad del turismo, con la excepción del que reciben algunos recintos religiosos chíies, se concentra en los territorios kurdos del país, considerados los más seguros.

Noticia original >> La crisis del turismo de guerra
Fuente: Foreign Policy