EL PAÍS.- La explotación salvaje del turismo de masas”, sostiene un vecino de Venecia, “le ha robado el alma a la ciudad». «En la zona de Rialto, hace veinte o treinta años, vivían venecianos que vendían a otros venecianos el pan, la verdura, el pescado, y talleres donde se ofrecía artesanía auténtica –collares de cristal de Murano, máscaras hechas a mano según las enseñanzas de padres y abuelos– a viajeros que sabían lo que compraban y lo que debían pagar por ello».
«Aquella Venecia ya no existe. No sabe cuánto lo siento, pero ha llegado usted cuarenta años tarde. Todos aquellos negocios fueron cerrando y en su lugar abrieron tiendas de bisutería para el turismo».
«Venecia se ha convertido en Disneylandia. Un parque temático donde, al precio de un euro, unos chinos venden a otros chinos máscaras venecianas fabricadas en China”.
A mediados del siglo pasado, Venecia contaba con 174.000 residentes y ahora apenas llega a los 57.000.
Noticia original >> Muerte de Venecia.
Fuente: El País
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