El turismo en Cataluña: crisis a la vista

Xavier Canalis

Para situar las cosas en perspectiva, no les pido que piensen en Cataluña ahora mismo. Piensen en Grecia cuando las huelgas generales sacudieron el país en 2015; en Túnez en plena Primavera Árabe de 2011; o si retrocedemos hasta 2008, quizá recuerden aquella gran crisis política en Tailandia que bloqueó a decenas de miles de pasajeros en los aeropuertos.

Todos esos acontecimientos en Grecia, Túnez y Tailandia tuvieron impactos negativos directos sobre la llegada de viajeros a dichos destinos.

Seamos honestos con nosotros mismos: a la inmensa mayoría de los turistas les da igual la política interna de cada país. Ellos lo que quieren es disfrutar de sus vacaciones en paz. Que haya estabilidad en el destino.

Lo que pueda ocurrir al turismo en Cataluña dependerá precisamente de eso, que se mantenga la paz en las calles.

Pero de momento, la compleja y delicada situación que se vive en Cataluña está comenzando a tener un impacto sobre la actividad turística (caída de las reservas de hotelescancelaciones de crucerosavisos de riesgo a viajeros«chantajes» a hoteleshuelgas que afectan los transportes…) y aumenta la incertidumbre respecto a lo que podría suceder en los próximos días y semanas en el sector turísticoVer también el artículo publicado en HOSTELTUR ¿Qué va a pasar con el turismo en Cataluña? Hablan los expertos.

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont.

PERCEPCIÓN DE RIESGOS

En 2015, una encuesta llevada a cabo por la compañía aseguradora IAG Travel constató que solo uno de cada cuatro turistas internacionales cambia sus planes de viaje si percibe riesgos en el destino o región del mundo que tenía previsto visitar.

Y dentro de este grupo de viajeros más sensibles al riesgo, el 83% señala al terrorismo como la primera razón para evitar un destino, mientras que un 33% teme la convulsión política en las calles.

DEMASIADOS RIESGOS EN EL MISMO SITIO Y TIEMPO

El problema añadido -ya sé en lo que están pensando- es que el mundo aún conserva el recuerdo muy reciente del ataque terrorista en Barcelona y Cambrils del 17 de agosto, que se saldó con 16 víctimas mortales y 130 heridos.

Demasiados riesgos en el mismo sitio y período de tiempo.

Así que en Cataluña, como ya hemos expresado en anteriores ocasiones, se ha formado una tormenta perfecta.

Una tormenta que puede empeorar, cual huracán, si el mar está caliente.

Algaradas en las calles, disturbios violentos, golpes de porra, cortes de carreteras, huelgas… Todo de manera continuada y en escalada. En los informativos de televisión de todo el mundo día y noche durante una semana entera. Eso sí que frenaría el turismo en seco en Cataluña.

Ojalá no lo veamos.

Personalmente, tengo la sensación que ahora todo es cuestión de suerte -buena o mala- porque de hecho confío poco en la inteligencia de nuestros políticos actuales.

No soy el único que desconfía. Ahí tenemos la fuga de empresas de Cataluña que buscan proteger sus intereses, entre ellas la agencia de viajes eDreams Odigeo, que ha trasladado sus filiales de Barcelona a Madrid.

Lo dicho, suerte.